miércoles, 30 de marzo de 2011

CABELLOS DE MUJER

 Uno de los cuadros que más me impactó en el MoMA de Nueva York  fue el "Autorretrato con pelo corto" de  Frida Kahlo. En la parte superior llevaba la siguiente inscripción que pertenece a la letra de una canción popular: "Mira que si te quise fue por el pelo. Ahora que estás pelona ya no te quiero". Corresponde a una de las etapas más críticas de su relación con Diego Rivera.
Mientras observaba el cuadro inmediatamente recordé el poema "Canto a mis cabellos" de Gloria Mendoza. Versos, colores y formas, se fusionan perfectamente.

CANTO A MIS CABELLOS

Soñé
enroscada
en mi cabellera
siento pena
por mis cabellos
que caen
y se van.
A veces
relucientes
suelen danzar
con la lluvia
tibiamente
ondulante
mi gesta
en la espuma
mi torpeza
en la peineta
Ellos
se esparcen
en los pueblos
que recorro
vuelan
con los vientos
Kandisnkyanamente
Oh música de colores
Suelen
lamer
los desperdicios
pobrecillos
mis cabellos
brillan
en las escobas
Se prenden
de las esquinas
guiñan
los ojos negros
desde los tachos
de residuos
Tengo nostalgia
por su ocaso
huyen de mi nombre
desbordan
mis tempestades
encuentran
nuevos cauces
se prenden del pico
de un avestruz
mi cabeza
bosque de totora
es un trazo
de un cuadro
Mis cabellos
huyen de su origen
se entierran
en los surcos
se trenzan
en el fondo
de nuevas islas
para nueva historia.
                                  Gloria Mendoza

miércoles, 23 de marzo de 2011

viernes, 18 de marzo de 2011

MADRES IN MOVIE

Esta semana vi varias películas, las dos últimas me conmocionaron mucho porque abordan uno de los temas que a todos incumbe: la maternidad, ya que si bien no todos somos madres, todos tenemos una madre. La que ayer vi con mi hija  se  llama "Marte necesita madres", y hoy terminé de ver "Madres e hijas".
La primera es una producción animada de Disney,basada en un libro homónimo de Berkeley Breathed. Cuenta el secuestro de una mamá por parte de unas marcianas y el consiguiente rescate por parte de su pequeño hijo que tiene que afrontar junto a sus amigos todo un sistema instituido en el que se ha borrado del mapa el amor, la amistad y el afecto. Con reminiscencias a los coloridos años sesenta del "peace and love", se logra calar en los espectadores la importancia que tiene los sentimientos para los seres humanos, sobre todo el amor desinteresado que siente una madre hacia su hijo, sentimiento que se extiende más allá de los planetas.
La otra película es un drama escrito y dirigido por Rodrigo García, hijo del laureado García Márquez. Aquí se van entrelazando la historia de varias mujeres, que en momentos cruciales de sus vidas enfrentan la maravillosa experiencia de ser madres y no siempre en las mejores condiciones.
El embarazo de una adolescente de catorce años, la obligada adopción y la imposibilidad de saber de su hija sino hasta un año después de su muerte, es el meollo de la historia de Karen, una mujer envejecida y atormentada que solo encuentra la paz cuando conoce a su nieta, dada en adopción por su hija Elizabeth antes de morir, a una mujer que nunca pudo concebir un hijo.
En ambas películas se resalta de manera muy notoria el rol de ser madre, pero también de manera implícita se destaca la importancia que tiene el rol masculino, sobre todo en el drama de García, si bien hay una ausencia del padre biológico, sin embargo hay un hombre que ayuda en la reconstrucción de esa maternidad truncada. La reconciliación parece darse cuando se reencuentran los lazos de sangre, pero también cuando se crean otros lazos más poderosos basados en el verdadero amor.

miércoles, 16 de marzo de 2011

ÁRBOLES DE INVIERNO

Así quedaron los árboles este invierno. Poco a poco perdieron sus hojas; las más fieles se quedaron regadas sobre el suelo, pero la mayoría se fue con el viento. Los árboles ya no eran más verdes ni amarillos ni anaranjados como en las estaciones pasadas, ahora eran grises y a veces blancos si caía la nieve.
Desprovistos de su follaje, me inspiran a observarlos desde la ventana. Cada árbol se convierte entonces en una serie de ramificaciones que se bifurcan y extienden hasta invadir el espacio ajeno. Con mi lápiz intento dibujarlos en mi cuaderno. Son puras líneas y sombreados que trazo mientras pienso en Sylvia Plath y su poema inspirado en ellos:  WINTER TREES

The wet dawn inks are doing their blue dissolve
On their blotter of fog the trees
Seem a botanical drawing –
Memories growing, ring on ring,
A series of weddings.


Estos versos escritos en pleno invierno me parecen ininteligibles como la  propia muerte de la atormentada Plath.




miércoles, 9 de marzo de 2011

MI CASA EN UN ÁRBOL

Siempre pensé que las canciones además de los sueños pueden volverse realidad. Así me pasó con "Mi casa en un árbol" de Jorge González, ex integrante de Los Prisioneros. Iba yo en una moto rumbo a Mesilla en Nuevo México cuando en el trayecto vi una casa en medio de unos árboles de invierno. Era hermosa, tal como me imaginaba que podían ser esas construcciones rústicas de madera. Parecía ocultarse entre las ramas y la maleza, pero yo la divisé desde lejos, era inconfundiblemente la casa de mis ensueños.
Uno se detiene en la vida andante cuando los ojos encuentran un reposo ante la multitud de imágenes que desfilan sin cesar. Entonces la mirada se vuelve con premura al objeto que ha llamado su atención. Se aproxima raudamente como un zoom. Llega al objeto, casi lo toca. Lo captura. Es un instante que se prolonga toda una eternidad. Un clic mental y la imagen queda guardada en la memoria.
Ahora que veo la foto escucho la canción, y recuerdo también a Kandinski cuando pedía oír el color y ver la música. "Una casa en un árbol / donde tenga mis dibujos / y mis historias,/ donde canten los pájaros...", ésa es la canción donde habito.