lunes, 1 de noviembre de 2010

LEER COMER REZAR AMAR

Han transcurrido más de dos semanas desde que tuve entre mis manos Comer rezar amar. Después de llegar al capítulo 108, el último, solo puedo decir que yo agregaría un cuarto verbo y lo pondría al inicio del título para que quede así: Leer comer rezar amar. Leer este libro ha sido una de las experiencias más maravillosas que he tenido, porque me ha permitido compartir un sentimiento que vive en mí con gran intensidad: el amor.
He sido la compañera de viaje de Elizabeth Gilbert, la protagonista, en su búsqueda del placer, la devoción y el equilibrio. Con ella he reído, he llorado, he visto lugares espectaculares, he conocido gente de todo tipo, he rezado, he sentido estar en la mano de Dios; pero también he encontrado a alguien más que me ha acompañado en este viaje, alguien que leía conmigo esta historia en inglés Eat pray love y lo hacía desde el otro lado del hemisferio. Es increíble cómo un libro sirve de puente para unir a las personas. Ahora somos dos lectores que nos hemos convertido en los felices protagonistas de una nueva historia.
Cada página nos llevaba a lugares cada vez más lejanos Italia, India e Indonesia, hasta encontrar al fin la felicidad. "¿Por qué me habré pasado la vida buscando la felicidad cuando tenía la dicha tan cerca?", se pregunta Elizabeth en una parte del libro. Al sentir que ella forma parte de Dios, que Él está en ella, comprende entonces que la felicidad estaba dentro de sí misma, solo basta mirar las cosas con el corazón para que brote un amor tan infinito como el universo, o solo basta decir a alguien "attraversiamo", crucemos al  otro lado, el de la verdadera felicidad.
Por todo ello recomiendo per tutti, a todo el mundo, en especial a los viajeros que buscan ser felices, leer Comer rezar amar, que es una excelente guía para encontrarla.