lunes, 29 de julio de 2013

CRÓNICA DESDE ITHACA. 1


Ya estoy de vuelta, pero hoy mismo regreso a Íthaca. Fiel al poema de Cafavis haré que sea larga la jornada, llena de aventuras y experiencias. Antes de abordar el barco que me lleve por los lagos, me echaré de espaldas sobre el último tramo del embarcadero; abriré mis ojos para confundir el azul del cielo con el color del Keuka, del Séneca o del Cayuga, lo mismo da cuando el agua gobierna nuestras vidas. Subiré al Columbia y me ubicaré en la proa para distinguir en el horizonte otros barcos que traen a viajeros de distintas tierras. Nos saludaremos a lo lejos sin palabras como corresponde a nuestra esencia natural. Las miradas de bienvenida y despedida se cruzarán como los peces dentro del lago. Algunos viajeros, tal náufragos, habrán vivido su propia odisea; otros más bien llevarán las estrellas en sus ojos y con sus manos nos señalarán el camino. El Columbia avanza raudamente, ya sin tiempo, entre árboles y agua, su motor es mi corazón palpitante, dispuesto a llegar a otras Íthacas.

jueves, 18 de julio de 2013

POET IN NEW YORK


 
POEMAS DE LA SOLEDAD EN COLUMBIA UNIVERSITY


Furia color de amor
amor color de olvido.


LUIS CERNUDA


VUELTA DE PASEO


Asesinado por el cielo,

entre las formas que van hacia la sierpe

y las formas que buscan el cristal,

dejaré crecer mis cabellos.

Con el árbol de muñones que no canta

y el niño con el blanco rostro de huevo.

Con los animalitos de cabeza rota

y el agua harapienta de los pies secos.

Con todo lo que tiene cansancio sordomudo

y mariposa ahogada en el tintero.

Tropezando con mi rostro distinto de cada día.

¡Asesinado por el cielo!

1910
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez

no vieron enterrar a los muertos,

ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,

ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.

Aquellos ojos míos de mil novecientos diez

vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,

el hocico del toro, la seta venenosa

y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones

los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.

Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,

en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,

en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,

en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.

Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,

cajas que guardan silencio de cangrejos devorados

en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.

Allí mis pequeños ojos.

No preguntarme nada. He visto que las cosas

cuando buscan su curso encuentran su vacío.

Hay un dolor de huecos por el aire sin gente

y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!

Federico García Lorca, Nueva York, agosto 1929

domingo, 7 de julio de 2013

NEVERMORE

 
 
ELCUERVO
 
(...)
Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!
 
 
And the Raven, never flitting, still is sitting, still is sitting
On the pallid bust of Pallas just above my chamber door;
And his eyes have all the seeming of a demon's that is dreaming,
And the lamplight o'er him streaming throws his shadow on the floor;
And my soul from out that shadow that lies floating on the floor,
Shall be lifted - nevermore!

 
Edgar Allan Poe