miércoles, 31 de diciembre de 2014

JOYAS DE FIN DE AÑO

Hace unas semanas, una amiga me encargó una de las tareas más gratas que he realizado este fin de año: comprar libros de literatura para la Biblioteca de Humanidades. Así que hice mi feliz recorrido por las diversas librerías de la ciudad y aproveché la Feria del Libro que se realizó en Umacollo. Si bien no encontré las últimas novedades de los catálogos de las mejores editoriales que consulté en internet, mis hallazgos son bastante rescatables.
Entre las joyas que compré figuran una serie de autores que hace tiempo anhelaba leer y que espero les sirva a los estudiantes de literatura apenas regresen de sus vacaciones de verano. Así en la lista de nuevas adquisiciones para dicha Biblioteca ellos podrán encontrar "Crítica y ficción" de Ricardo Piglia, "Poses de fin de siglo" de Sylvia Molloy, "Arguedas-Vargas Llosa: dilemas y ensamblajes" de Mabel Moraña, "César Vallejo: la escritura del devenir" de Julio Ortega, "Curso de literatura europea" de Vladimir Nabokov, "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino, "El imperio eres tú" de Javier Moro, "Autobiografía" de Chesterton, "Vidas imaginarias" y "El deseo de lo único. Teoría de la ficción" de Marcel Schwob, "Solo para mujeres" de Clarice Lispector, "Neguijón" de Fernando Iwasaki, "El cielo protector" de Paul Bowles, y un largo etcétera que se suman a los estantes de esta Biblioteca.
Una de las excelentes novelas que también figura en esa lista es "Libertad" del escritor norteamericano Jonathan Franzen. Sus casi setecientas páginas me envolvieron en una lectura placentera en sumo grado  a lo largo de los últimos días de este fin de semestre. Hace tiempo no leía una novela con final "feliz" a pesar del drama que atraviesan sus personajes. Escrito a manera de una autobiografía de la protagonista, la historia va más allá de lo personal, ya que se constituye en una crítica a la sociedad americana. Se abordan distintos temas, entre ellos la cuestión ambiental. La convincente lucha de un activista que se dedica a cuidar la naturaleza, y en especial a proteger a la reinita cerúlea, un ave en vías de extinción, es uno de los asuntos que alcanza mayor interés para el lector, ya que funciona como una gran metáfora.
Cuando termine el verano podré volver a tener esos libros entre manos, luego que los bibliotecarios los pongan a disposición de los estudiantes y profesores. Ya quiero que llegue esa fecha, mientras tanto me dedicaré a leer los libros que me traje de los viajes que hice este año por librerías mexicanas y chilenas. Las próximas vacaciones prometen mucho. Un cielo protector se avisora para el 2015.