lunes, 9 de febrero de 2009

PALOMAS DE LA VIDA




En la Plaza de Armas de Arequipa, las palomas abundan por doquier. Sus cuerpecillos grises y robustos me recuerdan a las esculturas de Fernando Botero que están en una plaza pública de Medellín. Según me contaron, hace más de una década, cuando se realizaba el famoso Festival de Poesía en esa bella ciudad, una bomba destruyó la escultura que el artista había donado a los colombianos y lo que es peor había quitado la vida a más de veinte personas. Años después, Botero volvió a donar otra paloma escultural, que actualmente se exhibe junto a la otra paloma destruida. Ambas representan ahora la lucha de este pueblo por lograr una paz definitiva. Hoy en Medellín verdea la esperanza.
Sin duda alguna, el arte no solo cambia de rostro a una ciudad, sino contribuye sobremanera a crear una cultura de paz, porque permite volver a crearnos nuevamente a pesar de nuestras continuas destrucciones.

sábado, 7 de febrero de 2009

AVE CARIBEÑA


Las aves del Mar Caribe de Cartagena quizás son como sus habitantes, alegres, vivaces y de gran vuelo. En las mañanas se las ve chapoteando por la orilla antes de surcar el cielo para librarlo de las nubes y dar la bienvenida al sol. El agua tibia y transparente baña su plumaje y luego la arena gustosa acepta sus diminutas huellas que van dejando a lo largo de la arena.

En otros mares, lagos y océanos del mundo, el resto de aves hacen seguramente lo mismo, pero las del Caribe tienen un sello especial. Se asoman a la playa con cautela, la merodean y luego desplegan sus alas. Quizás representan el espíritu de antiguos piratas que deseaban apoderarse de esa bella ciudad, pero el estallido de los cañones escondidos en las murallas les impedía hacerlo. Quizá ese estallido retumba aún a lo largo de los siglos y las espanta sin piedad, pero ellas no se amedrentan, vuelven con su canto todos los días a alegrar cada mañana como un tesoro escondido que nos devuelve el mar.