jueves, 31 de diciembre de 2009

A POCAS HORAS


A pocas horas del 2010 hice algunas cosas que pensaba hacerlas hace algún tiempo. Lo más notorio fueron los cambios de los muebles de mi habitación. Arrinconé un poco la cama, desplacé el ropero a otra esquina e introduje un pequeño escritorio en un espacio vacío junto a la ventana. Después los libros parecieron acomodarse solos: Varios ejemplares sobre Walter Benjamin, algunos ensayos chilenos y mexicanos, y cuatro novelas peruanas sobre el tiempo de la violencia. Una lámpara y un lápiz, un block de notas y seguramente mi sueño despierto y acomodado en una silla en los próximos días.
Trasladar un poquito de mi biblioteca a mi habitación parece una simple acción, insignificante, nimia, pero tiene un riesgo que asumo con cierta curiosidad y algo de ilusión. Si la casa es un espacio biográfico, como escribe Martín Cerda, con mayor razón la habitación es el lugar para la creación de esa vida. Me despierta, me acompaña, me habita. La lleno de incienso de lirios hasta asfixiarme con su fragante humo, mientras las páginas de mis libros reciben en llamas al Año Nuevo. Empieza así un Nuevo Año, empieza así una nueva historia.

LA CASA: ESPACIO BIOGRÁFICO

"La casa es, antes que otra cosa, un espacio biográfico: el lugar en que el hombre reúne, guarda y organiza las cosas (alimentos, enseres, materiales) que requiere para satisfacer sus necesidades vitales. En ella, en efecto, se guarece, alimenta, reposa, procrea, piensa, desea y, regularmente, muere. La casa constituye, de este modo, el sustratum de la mayor parte de sus actos, gestos y palabras cotidianos: lo primero que encuentra al despertar y lo último que entrevé al dormirse. Es un pequeño mundo, un orden que la ha servido luego de pauta para representarse la estructura del mundo, de la sociedad y, algunas veces, del otro mundo".
(Martín Cerda, La palabra quebrada. Ensayo sobre el ensayo)

jueves, 17 de diciembre de 2009

INSTANTÁNEA 2

De pronto la noche. La mano tiembla sobre el papel. Apenas he trazado una línea paralela sobre el puente. El río ya no dividirá más a la ciudad. Al amanecer los gatos atravesarán ese puente. No verán más su pelaje reflejado en el agua. Volverán a las rendijas y los techos de las casas. Los veré trepar con sus colas al acecho. Se aproximarán a mi ventana y cuando yo apague mi luz romperán sin duda los cristales.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

LA POESÍA FABULOSA DE JIMMY BARRIOS

He querido titular así el presente texto porque este primer libro de Jimmy Barrios, El tiempo de los anormales, se subtitula Fábula (Arequipa, Grita ediciones, 2009). La palabra fábula posee varios significados. En la antigüedad, Aristóteles llamó fábula a la estructuración verosímil de la tragedia. Fábula también es un tipo de composición literaria, que proviene del mito y la poesía, con profundas raíces en lo popular y generalmente con un sentido ético. Uno de los significados que figura en el diccionario se refiere a un “relato falso, inventado”.
El libro de Jimmy Barrios parece referirse indistinta y lúdicamente a todos estos aspectos y ello está presente a lo largo de los veintiséis poemas que lo conforman. Así, por ejemplo, en el poema XII encontramos los siguientes versos: probablemente el hombre no desembarcó solo /aún así, las fábulas se confundirán con las moralejas. Igualmente, el poema XIX dice: tras las vecindades y bajo los fardos/ anda oculto el animal/cansado no solo de su fe/ o el delirio tenaz de sus ficciones,/ sino de sus manos lanzadas al azar/en la azorada búsqueda de lo imprescindible. O el poema XXI donde dice: llegado a este punto salmón / habrás notado lo más inverosímil de las aguas/ cada que el río te abre los ojos . El elemento fabulesco que está presente en este poemario parece constituirse tanto como una construcción lírica y ficticia como una fábula propiamente dicha donde la figura del salmón y de los peces invisibles cumplen un rol metafórico fundamental.
El libro tiene una fuerte carga simbólica y metafórica expresada a través de elementos vinculados al agua como el río, el mar, los peces, la sed. No es casual que el poemario inicie y termine con los siguientes versos: el agua era lejos/ y no cargaban las piernas ni los ojos del felino. ¿Qué significado adquieren esos elementos en el poema? Desde mi punto de vista, podrían apuntar a dos aspectos: Por un lado, la búsqueda de lo infinito y por tanto de lo imposible, y de otro lado, una divagación en torno al lenguaje. El primer aspecto es bastante recurrente en el poemario, así se habla de una búsqueda de la sed, de una inasible búsqueda de lo real, de una búsqueda de lo imprescindible, sobre todo en el poema XXI, titulado La búsqueda del salmón, donde encontramos estos versos: no hay dos veces el mismo espejo / ni se baja al mismo río / mis pies desacostumbrados al remonte / han perdido la estrategia de tus alas / la búsqueda no garantiza el encuentro alado salmón / de ninguna manera. Claramente, se desprende la inutilidad de la búsqueda, de ahí que también pareciera desprenderse una queja existencial.
El segundo aspecto, el lenguaje, adquiere un sentido más especial. Se puede asociar ahí el lenguaje con el mar. Así el poema XXV donde dice: el tiempo de la veda ha traído/ los peces invisibles y la tristeza de las naves,/ un paisaje que deambula por los aires/ desafiando los relatos / y la vieja imaginación de los hombres. En el poemario, los peces invisibles representarían a las palabras y su fuerza creadora. Esas palabras llegan en tiempos de prohibición, de veda, de silencio y de tristeza, ese es el tiempo de los anormales, es el tiempo de la poesía. Con el lenguaje, pues, construimos mundos, como en el poema final XXVI, titulado Monólogo del vencido: nosotros construimos al soldado/ y la apariencia indomable de sus brazos/ conquistando el paisaje y los ídolos del horizonte.
Finalmente, la fábula presente en El tiempo de los anormales nos hace retornar al origen etimológico del término: fabulare significa hablar. Si el lenguaje no es más que un constante fabular, la poseía lo es más y el libro de Jimmy Barrios hace que el lenguaje poético prolifere con belleza en estos tiempos de veda.

jueves, 26 de noviembre de 2009

LAS ARMAS DE INSTRUCCIÓN MASIVA









El tanque apareció de pronto en una esquina de la Plaza San Martín de Mendoza. Yo me dirigía presurosa a la Feria del libro que se realizaba en esa bella ciudad. El día anterior había escuchado una conferencia en la que se hacía referencia a cómo la literatura había abordado el tema de la última dictadura argentina, de modo que vinieron a mi mente imágenes violentas, abusivas y denigrantes producidas por los agentes de Videla. Sin embargo, este era un tanque cubierto totalmente con libros. Me acerqué al blindado libresco y con mucha sorpresa leí en su frentera: “Arma de instrucción masiva”. ¿Era posible cambiar la imagen de los objetos que producen muerte y dolor en algo que da vida y alegría? Un sí rotundo estalló en mi corazón.
Después me enteré que este tanque recorría diversos lugares de la Argentina y del continente llevando libros a las escuelas, los asentamientos, los parques, en fin, a todos los rincones marginales que están fuera del circuito de los museos, centros culturales o bibliotecas. Se trata de una escultura ambulante y también una intervención callejera que fomenta la lectura masivamente. Ningún transeúnte se resiste a detenerse ante tan creativa forma de promover la cultura y además la paz. La creatividad parece conjugarse con la cotidianeidad, por eso quizá no resulte extraño que ese país haya dado figuras como Borges o Cortázar. Argentina parece, pues, un lugar que despierta la imaginación, y quizá por eso este año apareció muy bien representada en el afiche de la feria de Santiago donde fue el país invitado: Un músico tocaba un acordeón con un fuelle compuesto de libros que vibraban al ritmo de un tango.
Este tipo de acciones que ponen en contacto directo a la población con la cultura tiene igual importancia que las Ferias de libros que se realizan en las grandes plazas públicas de las ciudades o lugares abiertos en los que las personas pueden fácilmente acceder a revisar y comprar los libros de sus autores favoritos, y además gozar de las actividades complementarias que se programan como las conferencias, conversatorios, mesas redondas, presentaciones de libros y revistas, cine fórum, espectáculos de danza, música y teatro, etc. Si bien la cuestión económica es un problema a superar, es necesario crear este tipo de escenarios públicos para que se vaya formando en el imaginario de la población la necesidad de invertir en conocimiento.
Fomentar la lectura es una tarea que nos corresponde a todos quienes estamos vinculados al quehacer educativo, y debe formar parte de la agenda de quienes tienen al mando los destinos de un pueblo. Las ferias de libros regionales, nacionales e internacionales ponen en movimiento continuo a la cultura, si a estas le agregamos acciones creativas como los tanques librescos argentinos que combinan arte, conocimiento y realidad social o los estimulantes escritos que aparecen a lo largo de los metros de las grandes ciudades latinoamericanas, la lectura será una actividad masiva, y quizá así recién entendamos que el espíritu de los libros aletea al mismo ritmo del vuelo de la emblemática ave blanca y que aquel pensamiento que dice: “Donde hay cultura hay paz, donde hay paz hay cultura” por fin se convierta en acción común.

viernes, 20 de noviembre de 2009

EL GUARDIÁN DEL HIELO












EL GUARDIÁN DEL HIELO

Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.

Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.
(José Watanabe)

miércoles, 18 de noviembre de 2009

EL ÚLTIMO VIAJE DE CLORINDA


“Ha llovido anoche, y queda la neblina sutil. El temporal no ha sido suficiente para detener a mis buenas amigas, compañeras y discípulas, que se han agrupado en el dique 4 llevando al efecto flores, perfumes, amuletos de buen deseo para tan largo viaje. ¡Qué triste es siempre la hora de decir adiós!...”. Así escribía en mayo de 1908, Clorinda Matto de Turner cuando abordó en Argentina el vapor “Savoia” y emprendió un viaje a Europa en la última etapa de su vida. Durante diez meses hizo un recorrido por España, Francia, Inglaterra, Italia, Suiza y Alemania, a la par que fue plasmando en crónicas sus experiencias por esos países, que luego fueron publicados en España con el título Viaje de recreo, dos meses después de su fallecimiento acaecido en Buenos Aires el 25 de octubre de 1909. Hace cien años, pues, murió esta célebre escritora lejos de su patria, felizmente en un lugar generoso que acogió sus ideales, respetó su postura política y valoró la importancia de su obra.
Clorinda Matto nació en el Cusco el 11 de noviembre de 1852. A pesar que tuvo una vida difícil: Huérfana de madre a los diez años, viuda a los veintiocho, exiliada a los cuarenta y tres; supo afrontar las adversidades con su mejor arma: su pluma. Ésta le permitió formar parte de la primera generación de escritoras peruanas que incursionaron en un ámbito en el que hasta entonces solo lo dominaban los varones y en tiempos cuando la mujer no gozaba aún de todos sus derechos.
En Cusco escribió sus primeros textos que luego se publicaron en Arequipa en 1884, con el nombre de Tradiciones cuzqueñas. Para ese entonces, Clorinda Matto ya era una figura importante en las letras peruanas. En 1877, la intelectualidad limeña alrededor de la figura de Juana Manuela Gorriti le ofreció un homenaje con un discurso de otra célebre escritora de la época: Mercedes Cabello de Carbonera. Posteriormente aparecieron sus novelas indigenistas Aves sin nido (1889), Índole (1891) y Herencia (1895); además de una gran cantidad de artículos, ensayos, leyendas y hojas sueltas que circularon en distintos medios nacionales e internacionales. Francesca Denegri en su estudio sobre las mujeres ilustradas, sostiene que esas novelas “habían transgredido desde un principio el contrato mediante el cual las mujeres habrían sido aceptadas en los ámbitos literarios, a condición de mostrar una “feminidad” apolítica y no cuestionadora”.
Con ese espíritu cuestionador dirigió también periódicos y revistas como El Recreo en Cusco, La Bolsa en Arequipa, El Perú ilustrado y Los Andes en Lima. Los diversos lugares donde la escritora cusqueña residió se convirtieron no solo en grandes centros de cultura sino también en ejes donde se despertó la conciencia crítica en un país donde el indio y la mujer eran excluidos. Su pluma significó un peligro para quienes ostentaban el poder. Por eso, montoneros abyectos destrozaron su imprenta y amenazaron su propia vida, mas no consiguieron callarla. Se exilió en Argentina, y ahí también fundó un periódico llamado Búcaro americano, donde su voz además de feminista e indigenista, se volvió americanista. “¡América! ¡Tierra de promisión. Tierra de libertad!”, escribió Clorinda Matto en sus crónicas al regresar de Europa. Su peregrinaje había terminado, pero había dejado abiertas las puertas para que otras escritoras continuaran su camino.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA POESÍA VIDENTE DE MARÍA CHAPP

La poesía tiene una mirada que provoca al mundo. Con osadía lo desviste hasta dejarlo en su quintaesencia, en su estado más puro y perfecto. Así como un calidoscopio que en su sentido etimológico significa ver formas o imágenes bellas, la poesía adquiere sentido cuando se convierte en videncia, porque así recompone el mundo y le da otro significado. Arthur Rimbaud decía que “el poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”. Para ello necesita un ojo que le permita hacer la búsqueda de sí mismo, necesita desdoblarse para extraer su visión de sus revelaciones.
María Chapp con El ojo peregrino (Buenos Aires, ediciones El Mono Armado, 2008) sigue la senda rimbaudiana de la poesía como videncia. Este libro ante todo revela una mirada hacia dentro, una intensa búsqueda interior. Su anterior poemario La sed también seguía ese rumbo. Se trata de la búsqueda de uno mismo, de un recorrido a través de los recovecos del cuerpo y los escondrijos del alma. Como dice la poeta en uno de los poemas “busco hospedarme / cuerpo adentro”.
El poemario se divide en dos secciones: Marzo y Ojos. Marzo no solo indica un tiempo y el inicio de la estación otoñal, sino también un ciclo donde la vida se renueva, es el tiempo que pide una pequeña muerte para devolvernos otra vez renacidos. En esta primera parte podemos advertir la presencia del desdoblamiento del yo en otro. Al respecto, la poeta dice: “esa presencia se me parece / no este yo / apellidonombreprofesión” o “alguien me visita / ¿o soy yo la visita?”. Asimismo, se vislumbra una maternidad universal que supone una plena identificación de la poeta con el Universo, ya que se reconoce como parte de él: “estoy tan abierta/ puedo albergar todos mis mundos / mis cuerpos en su extensión natural.” Aquello se percibe aún más en el poema “Del parto”: “¿existe la propia vida? / ¿o todo es la gran vastedad / eterno baile / y uno existe cuando toman forma / secuencias de relámpagos?”; y, sobre todo, en el poema “Marzo” cuyos versos dicen: “soy la anciana del bosque / que amamanta”, “espío la cópula de lluvia y pasto / el cielo dona su esperma/ la tierra abierta”, “es marzo / llueve y llueve”.
La segunda parte del poemario se subtitula Ojos. La visualidad siempre ha estado presente en la gran poesía, siempre ha habido un ojo que nos ha permitido ver el mundo a través de la poesía. Ojo peregrino, Ojo voraz, Ojo manso, Ojo amatista, Ojos del agua, son los ojos de María Chapp que nos devuelven a la esencia de las cosas. Quizás uno de los poemas más logrados es “Puente”, en cuyos versos la poeta encuentra que: “cada mirada deshoja su objeto / lo acaricia / lo curva / devora distancias / lo abandona / necesito un puente entre el ojo / y la flor de mil pétalos”. Ese lenguaje metafórico permite que el lector no solo visualice la imagen creada sino también capture lo más profundo del objeto.
En El ojo peregrino “no es el poeta quien habla / es el gran ojo que recuerda”. La poesía de María Chapp es como la luz que nos permite ver en medio de la oscuridad y nos invita a emprender el camino hacia nosotros mismos.

jueves, 15 de octubre de 2009

INSTANTÁNEA

La diviso desde mi ventana. Su plumaje tiene el color ceniciento de la tarde. Toda la mañana ha perseguido al viento y al llegar el crepúsculo ha detenido su vuelo en lo alto de un ciprés. Sus pequeñas patas se aferran a las ramas. Parece que ha abandonado a su bandada. A lo lejos la imagino resguardando un pequeño nido. Su pico me señala el oriente. Aguardará la noche y se cobijará en mi sueño hasta que llegue el alba. Entonces mi ave extenderá otra vez sus alas hacia el sol naciente. La veré partir, pero desde mi ventana cuidaré su nido.



miércoles, 14 de octubre de 2009

LA BITÁCORA POÉTICA DE VALERIA ZURANO


Muchos poetas de todos los tiempos y lugares compararon la vida con un viaje. Un ir y venir por caminos que se unen, se cortan o se entrecruzan. Un desplazamiento continuo cuyo destino no siempre es el esperado. Y es que los viajes nos transforman y nos invitan a reflexionar hacia dónde vamos. Nos permiten entender de un modo particular el mundo cuando se convierte en relato. Precisamente a través del relato de viajes, nos embarcamos a una aventura guiada por la imaginación y la memoria. Cuando rememoramos y narramos un viaje no sólo representamos a sociedades o culturas distintas, sino también nuestras propias vidas interiores, como un ejercicio de reflexión sobre nosotros mismos.
El libro El gran capitán. Crónica de un viaje al litoral (Santiago de Chile, ediciones Cortina de humo, 2008) de Valeria Zurano es un viaje cuya travesía en tren nos permite ver la vida de los “otros” desde las ventanillas y donde la estación central es uno mismo. El gran capitán está escrito a manera de una crónica poética. Tal vez la crónica es uno de los géneros que más se acomoda a estos tiempos, por su carácter híbrido, su estructura versátil, su polifonía textual, ya sea en el uso de variadas técnicas, distintas voces o la misma recurrencia a otros géneros como el ensayo, el reportaje, el cuento, la prosa poética, etc. Si bien toda crónica lleva implícita la noción de tiempo, ya que relata acontecimientos en orden cronológico; sin embargo, en la actualidad está considerada como “la instantánea que recoge lo efímero, lo mutable, lo circunstancial para convertirlo en memoria colectiva” (Cecilia Cuesta).
El libro de la poeta argentina no sólo permite que la peripecia de los pasajeros del Gran Capitán
quede como un registro poético de la memoria colectiva, sino también contribuye a la construcción de una identidad social e incluso personal. Puede ser que el tren El Gran Capitán no ande más sobre los rieles de Buenos Aires a Posadas, pero aún sus ruedas siguen avanzando en la memoria de sus pasajeros. En Valeria Zurano el tren se detuvo cuando terminó de escribir el libro, para nosotros comenzó a andar cuando empezamos a leerlo.
El libro de alguna manera plantea una intertextualidad implícita que enriquece la tradición de la literatura latinoamericana al hilvanar el rastro de escritores como García Márquez y su mítico tren amarillo que llegaba a Macondo; Juan Rulfo y su mágica Comala habitada por muertos; Jorge Luís Borges y sus disquisiciones con el tiempo.
Precisamente el tren como símbolo de lo transitorio, la muerte y el tiempo, se constituyen como ejes temáticos de este gran viaje. El tren es el elemento que conecta el espacio exterior con el interior. Por las ventanillas se puede ver que afuera hay un mundo que padece hambre, miseria, injusticia, pero adentro también cada pasajero está sumido en el sufrimiento, y más adentro aún hay una tristeza infinita, una soledad que aumenta con la distancia. El otro tema central del libro es la muerte. Ese sentimiento invade al lector desde el inicio de la lectura del texto, sin embargo hay una lucha interior que la combate. Fácilmente no nos entregamos a ella, porque a pesar de ella seguimos existiendo. La poeta dice: “Estas pequeñas tumbas nuestras que nos designan lugares tan hermanados con la muerte; nos han quitado las canciones y la lluvia, nos han arrancado los ritos para invocar las muertes, y ahora, nos matan cada día./ Te hablo, en el silencio de la noche; sobre los cuerpos fragmentados por la quietud. Te cuento ignorando si los ojos están abiertos o cerrados. / Es la invocación de los ausentes que como sueños de presencias regresan para jugar en esos mundos de fantasmas, y entonces, un fulgor recorre el cuerpo en la noche viajera”.
Finalmente, el tiempo cumple un rol importante en el texto. En realidad, la pérdida de la noción del tiempo es lo que permite traspasar los límites de los vagones del tren, del panorama circundante, de la existencia misma. En un poema Borges escribió: “Mirar el río hecho de tiempo y agua / y recordar que el tiempo es otro río, /saber que nos perdemos como el río /y que los rostros pasan como el agua”. Curiosamente el viaje de Valeria era hacia Iguazú, cataratas hechas de tiempo y agua. Si bien su travesía estaba rodeada de un ambiente de muerte, su destino no era ése, sino las aguas refrescantes de la vida. Con cada libro renace la esperanza de que es posible luchar contra la muerte.

miércoles, 7 de octubre de 2009

PAZ ENTRE NOSOTROS










-Dispara, dispara! -le decía una madre emocionada a su hijo. El pequeño trató de complacerla mientras sonreía a la cámara con su arma de juguete entre las manos.
- Vamos a la guerra!- luego gritaron en coro otros niños.
Yo sentí sus voces como un disparo que atravesó mi corazón. Fui una transeúnte casual que caminaba distraída por la calle cuando me impactó fríamente esa escena.
No puedo comprender qué nos está pasando. Acaso las escuelas para los niños se están convirtiendo en academias militares, o más bien las madres están desarrollando una vocación espartana? No lo sé, pero no es posible que se fomenten ese tipo de actividades en la infancia. Ni un fastuoso desfile escolar, ni una celebración de disfraces infantiles, justifica que sembremos en el imaginario de los niños la predisposición hacia la muerte. Sigamos el ejemplo de otros lugares como la India donde este último 2 de octubre recordaron el nacimiento de Mahatma Gandhi al ritmo de " Raghupati Raghava Raja Ram", la canción favorita del más grande pacifista.
Además ese mismo día en Nueva Zelanda se inició la Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, que recorrerá todo el planeta por 90 días pidiendo el fin de las guerras, las armas nucleares y la eliminación de todo tipo de violencia. Antes del 2 de enero de 2010, esa marcha habrá recorrido 90 países y 100 ciudades hasta llegar al Monte Aconcagua, al sur de Chile Acompañemos al espíritu de esa marcha, y si físicamente es posible vistámonos de blanco para engrandecer de manera simbólica esa gran iniciativa de Paz y Amor. Seguramente, desde lo alto, un resplandeciente arco iris convertido en una bella paloma vendrá a posarse sobre nuestros corazones. Así sabremos que el mundo está cambiando y que la vida está renaciendo.

lunes, 5 de octubre de 2009

FIN DE FERIA

Después de casi quince días que se inició la Feria Internacional del Libro de Arequipa, hoy llega a su término. A pesar de la ausencia de muchas editoriales peruanas y, sobretodo extranjeras, este evento parece tener un saldo positivo. Leí por ahí que varios libros tuvieron muy buenas ventas, por ejemplo "Cambio de palabras" de César Hildebrant, "El cojo y el loco"de Jaime Bayly e imagino Beto Ortiz y Renato Cisneros, que fueron algunos de los invitados especiales.
Yo preferí los menos conocidos y menos marketeros, por eso me detuve en los stands de las editoriales independientes y de las universidades. Entre los pocos libros que llegué a comprar están Para leer a Luis Loayza de César Ferreira y Américo Mudarra, Las provincias contraatacan de Ulises Zevallos Aguilar y La historia y los historiadores en el Perú de Manuel Burga, todos ellos del Fondo Editorial de la Universidad Mayor de San Marcos;
Cómo enseñar la historia? de Concepción Arias de la Universidad Jesuita de Guadalajara; también agregué a mi lista las revistas La rama torcida, dedicada en su segundo número al microcuento, y Dragostea (grisazul), cuyo tercer número abarca una recopilación de literatura sobre el viaje; y el poemario Vendo mi cuerpo que fue un gentil obsequio de Elena de Yta. Estas dos últimas publicaciones son de estudiantes de la Universidad Nacional de San Agustín y por tanto productos netamente arequipeños.
Lo mejor de este encuentro libresco fue ver que muchos jóvenes y familias enteras se aproximaban a los stands a adquirir los libros y de paso disfrutar de la danza, música, cine, teatro, etc., que se ofreció al público asistente. Como toda feria puso, pues, a la cultura en movimiento.
Se anuncia también un III Festival del libro de Arequipa para la primera semana de diciembre. Bien por la ciudad, porque sus espacios públicos se enriquecen grandemente con estas actividades, y, sobre todo, llenan de regocijo a los lectores y contagian las ganas de leer.

domingo, 27 de septiembre de 2009

ARTE BLOGÉTICA

Dentro de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Arequipa, este sábado se llevó a cabo una interesante mesa redonda denominada "10 años de la blogósfera peruana". Invitaron a los bloggeros más famosos del país: Marco Sifuentes y Renato Cisneros. El blog del primero se llama "Útero de Marita", y todo lo que ahí se publica sirve de referente a muchos programas políticos; el del segundo, "Busco novia", ha tenido tanto éxito que se convirtió en un libro y además el más vendido en la Feria del libro de Lima. Aunque dijeron que el blog ya está pasando de moda, la ágil conversación de estos dos jóvenes me hizo reflexionar sobre el porqué de los blogs y en particular el mío que abrí recién a fines del año pasado.
Muchas personas lo ven como una herramienta para el diálogo y la discusión, y eso es cierto, basta revisar César Hildebrant.blogger, Gran Combo Club o Puente aéreo, los comentarios de los lectores aparecen inmediatamente después que el administrador del blog ha colgado algo en la red. No faltan los anónimos que cumplen un papel ambivalente, en el mejor de los casos ayudan a encauzar mejor el debate. Otros sirven para orientar o compartir experiencias de vida, como Educando a mi hijo; también hay blogs más académicos, generalmente de profesores y especialistas que se dirigen a una determinada comunidad o grupo de personas particulares. No faltan los que son empleados para difundir información trivial, o los que fueron creados sin una finalidad predeterminada. Quizá ese sea el caso de mi blog.
Palabra viajera lleva en su subtítulo un etc., y tal vez eso sea lo que lo caracteriza. A lo largo de estos meses he venido escribiendo sobre temas variados a manera de una miscelánea, de modo que mi blog parece una mixtura, ya que está compuesto de cosas distintas o géneros diferentes. Dicen que la miscelánea es el antecedente del ensayo. Seguramente, Montaigne, el creador de este género, no dudaría en publicar sus essais en un blog.
Si bien mi pretensión no es escribir ensayos en este blog, me he dado cuenta que escribir a través de este medio ayuda mucho a la disciplina de un escritor, y eso se nota en la regularidad conque uno publica algo y sobre todo el cuidado que uno pone para que lo que llegue al lector sea algo más o menos aceptable. Antes tenía la manía de hacer mis ejercicios de escritura en un bloc manual y con lápiz, y casi siempre eran bosquejos o fragmentos de cualquier tema que no llegaban a tener unidad. En cambio, el blog exige que sí lo hagamos, porque a diferencia de nuestros cuadernos, que como diarios íntimos guardamos celosamente, el blog lo mostramos a todos, y nos hace autocríticos de lo que publicamos.
Palabra viajera no está exenta de errores. Sin duda, su errante bloggera los acomete sin tregua.

viernes, 25 de septiembre de 2009

LEVITACIONES EN PARÍS

Nereida Apaza es una joven pintora arequipeña que ya ha obtenido varios premios en su trayectoria artística. Precisamente el año 2007 fue una de las ganadoras del concurso "Pasaporte para un artista" organizado por la Alianza Francesa a nivel nacional. El premio consistió en un viaje a Francia, una gran puerta de entrada para el viejo continente. Muchos escritores y artistas, como Mariátegui, han dicho que su mejor aprendizaje lo hicieron en Europa. No sé si ello también es válido para ella, pero sin duda ese viaje ha debido ser muy significativo en su formación.
Producto de ese viaje es que ahora ella nos ofrece una exposición denominada "Levitaciones en París" en homenaje a su padre, el profesor Edgar Apaza Flores, quien falleció al poco tiempo que ella retornara de su viaje. El dolor por la pérdida de su progenitor y el vacío que significó su partida es lo que expresa en cada de los objetos que forman parte de su original muestra.
Además de un políptico en acuarela y un tríptico con hilo, la artista plástica nos ofrece una escultura, un concreto armado, un cuaderno en técnica mixta y dos ensamblajes. Uno de estos últimos lleva el título "El pensamiento no sabe nada", que representa un tendedero con cinco secadores bordados que contienen diferentes textos escritos en París, Milano, Roma, Madrid y Arequipa. Debajo de ellos aparecen cinco lavadores con agua y una regadera blanca. Hay que lavar las penas del alma, parece ser el mensaje que nos quiere transmitir la artista. Con sus propias manos ella ha bordado las palabras: "Esa muerte individual / se alimenta de la verdad/ entonces/ comprendí ese dolor del cuerpo/ del corazón libre/ la gracia de ser un halo/ hermosa condición./ Un día de setiembre/ vestida de vida/ la sangre me recorrió el sentimiento/ y descubrió parte de mi espíritu."
Nereida Apaza así nos entrega una parte de su ser convertida en arte y poesía. Con delicados hilos, ella ha creado un hermoso vestido para cubrir nuestras almas ateridas y desnudas . Su obra se alza a lo lejos como una estrella fulgurante y nos eleva lentamente en medio de la noche.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

FLORES DE SETIEMBRE

Hoy es 23 de setiembre. Simplemente es primavera. Una estación vistosa y colorida. Una flor que se abre en la mañana y un sol que se derrite perfumado. Imperfecta descripción de un tiempo hermoso.
Y las flores para qué sirven? He aquí la pregunta del otoño y el temor secreto del invierno. Oh, bella primavera!, un verano impaciente te espera.

lunes, 21 de septiembre de 2009

SUEÑO CON LA PAZ


Sueño libertad para todos los que están
secuestrados hoy en medio de la selva
y sueño con la paz de mi pueblo desangrado
y con el final de esta injusta guerra
Sueño con tantas cosas que
quiero que sean realidad
sueño con morir de viejo y no de soledad
sueño con ir a trabajar
y mucho más con regresar
cada noche a mi casa
para estar junto a ti
Y que no muera nunca nuestro amor
eso sueño yo
y que se fundan balas para hacer
campanas de libertad
y que no muera nunca nuestro amor
eso sueño yo
Sueño despertar en un mundo sin dolor
pa’que el corazón no sufra más las penas
y sueño caminar por las calles de mi país
y solo encontrar paz...
JUANES

sábado, 19 de septiembre de 2009

ESCRIBIR POR LA MAÑANA


Escribir muy de mañana, aunque sea pocas líneas o unas cuantas palabras, quizá sea el remedio a un terrible sueño como el que tuvo Gregorio Samsa. Convertidos en un insecto, ahogados en el mar, quemados en la hoguera, expulsados del paraíso, etc., pueden ser las imágenes que nos hacen sufrir mientras dormimos. Al despertar queda algo del miedo latente, un grito acallado, un insostenible nudo en la garganta, una necesidad imperiosa de huir, pero hacia dónde? Una ventana en el cuarto, una noche que no se va, un amanecer con un sol oculto. Afuera todos duermen aún. Una palabra basta para dar una pincelada de luz?

Encuentro al fin esta ilustración de Jean Michel Folon sobre La metamorfosis de Kafka, y el siguiente texto: "No entiendo mis imágenes y cada uno es libre de entenderlas como desee. Sólo he tratado de representar mis propios sueños con la esperanza de que, en ellos, otros puedan encontrar los suyos". Entonces cierro mis ojos y sueño que le robo sus sueños.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

MEMENTO MORI (RECUERDA QUE VAS A MORIR)



Bethsabé Huamán Andía ha publicado hace poco su segundo libro de cuentos titulado Memento mori (recuerda que vas a morir) (Lima, chätäro editores, 2009). El primero se llamó Sábado pm y salió bajo el mismo sello editorial. Los dos fueron escritos antes de su viaje a tierras mexicanas donde cursó su maestría en Estudios de Género en el prestigioso Colegio de México.
Se trata de un hermoso libro objeto que recrea el tema de la muerte a lo largo de los siete relatos que lo conforman: la muerte como presentimiento, la muerte del amor, la vejez y la muerte, la muerte poética, la muerte violenta, la muerte física. Lo que varía es el estilo y la forma cómo la aborda. En "Lo que son las cosas", por ejemplo, está presente la ironía, el humor y la fantasía; en "Tantas veces Pedro", la estructura epistolar; en "Poema del manicomio", el lirismo.
La muerte ha sido, pues, uno de los temas más constantes en la literatura, y es que su manto siempre está flotando a la vuelta de la esquina, sobre todo en nuestra sociedad en la que se ha vuelto cotidiana. Escribir sobre ella es como cubrirse por un momento en su manto negro para ennegrecer la página en blanco y darle vida. Octavio Paz dice que el mexicano frecuenta la muerte, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de sus juguetes más favoritos y su amor más permanente. Quizá ésa sea la mejor forma de convivir con ella.
Bethsabé no le teme a la muerte, pero tampoco habla con los muertos. Le sonríe desde lejos, le da vida. Ella nos invita a burlar el destino si éste nos conduce al abismo, al silencio total. En su libro palpita la vida a través de las historias que nos cuenta.

martes, 25 de agosto de 2009

UNA CASA, UN ÁRBOL


Siempre he sentido mucha curiosidad por conocer las casas donde viven las personas más aún si se tratan de escritores. Por eso me fui hasta Aracataca, sentía un gran impulso por visitar el lugar donde nació Gabriel García Márquez. Fue un trayecto muy largo desde Medellín hasta Santa Martha y de ahí al pueblo, donde llegué casi al mediodía. Todos los viajeros habíamos entrado en sopor por el calor intenso que hacía y fue como la antesala para entrar en un mundo alucinante.
Mientras iba recorriendo las calles, pude sentir que el pueblo transmitía el espíritu de Macondo. Los lugares más importantes llevaban los nombres de los personajes de las novelas y cuentos: Biblioteca Municipal "Remedios la bella", Hospital "Luisa Santiaga Márquez Iguarán", la tienda de Catarino, etc., incluso me dijeron que hace poco el alcalde había propuesto que el pueblo se llamara Macondo.
Luego de recorrer más calles con pequeños monumentos con pasajes alusivos a Cien años de soledad, por fin llegamos a la casa del escritor.

No pude creer que lo primero que nos recibió fueron unas hermosas mariposas amarillas que revoloteaban en el jardín exterior, según parece, estas abundan en el lugar porque vi que muchas viviendas también las tenían pintadas en sus frontis.
La casa perteneció a sus abuelos maternos y fue reconstruida hace poco. Forma parte de un extenso terreno donde hay varios compartimientos. Está pintada de color blanco y se distingue de las que están a su alrededor por el tamaño y la forma. En su interior, las habitaciones están vacías pero pronto serán amobladas con objetos que pertenecieron a la familia, es decir se convertirá en todo un museo que revivirá la época cuando García Márquez vivió en Aracataca.

Lo que más me llamó la atención fue el inmenso árbol que está en el patio interior. El guardián nos dijo que se trataba de un Suán que había desplazado al legendario castaño. Sin duda, muchos años después este árbol vendría a la memoria del escritor y ataría ahí a uno de sus más queridos personajes: José Arcadio Buendía. En realidad, nos ató a todos. Ahora somos parte de ese castaño.

viernes, 10 de julio de 2009

ARCOIRIS PARA ROSARIO

"A mi hermana Rosario, otra vez", esa sería la dedicatoria si escribiría otro cuento titulado "Arcoiris", quizás hasta haría un nuevo libro con siete historias que representen cada uno de sus colores. En mi primer libro, la historia comienza así: "La cebada está creciendo hermosamente, pronto amarillentará y cortaremos la espiga. Será la primera vez que lo hagamos y la sola idea de trillar los granos me llena de alegría. A veces me asusta las constantes lluvias de enero, sobre todo los truenos que amenazan con fuertes tormentas, pero después todo resulta ser una falsa alarma; las gotas apenas humedecen la tierra y en el cielo un brioso arcoiris se franquea mucho antes que anochezca."
Después de tiempo he vuelto a leer ese cuento que es el que cierra Objetos de mi tocador, mi primer libro. Me puse a recordar qué me había llevado a escribirlo. Probablemente estaría leyendo alguna biografía de Vincent Van Gogh o tal vez las cartas dirigidas a su hermano Theo, lo cierto que es que llegué a conocer la hermosa historia que hubo entre los dos hermanos. El amor fraterno es quizá uno de los sentimientos más profundos que llegamos a sentir durante nuestra existencia. Considerar a alguien como hermano o hermana, no necesariamente por vínculos de sangre o de religión, es una muestra noble de nuestra capacidad de amar. Dada su ausencia por razones laborales, pensaba en mi hermana Rosario, quería traerla de vuelta a casa a través de una historia, y así surgió "Arcoiris". El título fue producto de una intuición que ahora logro comprender un poco más.
A lo largo de la historia humana, el arco iris ha sido utilizado como un símbolo con variadas significaciones. En particular comparto el significado que le han dado los tibetanos y los cristianos. Para los primeros dicen que representa una imagen positiva que proporciona un estado interior pleno de alegría, fuerza y entusiasmo; para los segundos, simboliza el pacto que Dios hizo con los hombres luego del Diluvio. En ambos casos la esperanza se arquea en el cielo coloreando nuestra vida como un cuadro de Van Gogh.
Al releer ese cuento he sentido que en mi habitación no solo está la silla donde se sienta Vincent, sino hay otra al lado que es para Theo. En una noche estrellada, cuando ambos se vayan a pasear a Arles, llamaré a mi hermana para que nos sentemos en sus sillas y juntas pintemos la noche con los intensos colores del alba.

domingo, 28 de junio de 2009

RENACER

Cada 26 de junio la luna entera se aprisiona en mi vientre, con increíble fuerza materna se contrae hasta darme una vez más a luz. Este nacer y renacer casi a mitad de año no es una fase más de mi ciclo vital, sino el inicio de un nuevo viaje.
Entonces me doy cuenta que el tiempo pasa como un río debajo de inmensos puentes que intentan detenerlo en vano, pero las aguas avanzan raudamente hacia el océano final. Ahí mi cuerpo ajado otra vez reluce, presto a reiniciar el viaje de nuevo.
En el trayecto hay otros pasajeros que hacen diferente y más hermoso mi viaje. Se embarcan en cualquier momento como Marianné que lo hizo el 6 de mayo o Santiago Gabriel el 13 de junio. Mi hija y mi sobrino son viajeros aventureros que levan anclas sin temor porque su destino es llegar aún más lejos del puerto seguro del que partieron.
La vida así es un río, un puente y un mar; con una luna que no se cansa de dar a luz cualquier día del año, como una madre amorosa que ilumina a sus hijos hasta el final.

domingo, 31 de mayo de 2009

MERCADERES


Quizá una de las calles más transitadas de Arequipa es Mercaderes, sobre todo desde que se convirtió en peatonal. El ir y venir incesante de la gente le da un dinamismo especial; asimismo, la notable afluencia de turistas extranjeros parece conferirle cierto cosmopolitismo a la ciudad, pero no nos engañemos ésta sigue siendo muy tradicional no solo por su arquitectura, sino la cultura en general.
Realmente desconozco cómo se fue constituyendo a lo largo de los siglos esa arteria de la ciudad. Desde niña siempre me llamó la atención su nombre. Imaginaba a unos comerciantes provenientes de distintas partes del mundo que ofrecían sus extravagantes mercancías como en una gran feria. Lo cierto es que hoy Mercaderes se ha constituido en una metáfora del consumo pobre. Ahí todo se compra y se vende como en cualquier parte del mundo. A lo largo de sus tres cuadras encontramos desde zapaterías, tiendas de electrodomésticos, cafés, boutiques, etc. hasta casinos que funcionan las veinticuatro horas del día. El único lugar dedicado a la cultura es el Teatro Municipal, que ahora ha sido alquilado a una entidad financiera mientras dure su reparación.
Una calle más interesante resulta ser San Francisco. Ahí además de las librerías, en la noche se convierte en una calle de la diversión, pero también en un lugar donde se puede fusionar la cultura con la bohemia. El Zorbas es un ejemplo de ello, en ese pub se hacen presentaciones de libros, recitales y conciertos. Me recuerda un poco a la calle Corrientes de Buenos Aires, donde abundan las librerías y centros culturales. Todo esto me lleva a preguntarme si algún día San Francisco se expandirá hacia Mercaderes o si más bien ésta invadirá más calles de nuestra franciscana y pobre cultura. ¡Ah, mercaderes!

martes, 26 de mayo de 2009

LA BIBLIOTECA DE HUMANIDADES

Casi recientemente fue inaugurada la remodelación de la Biblioteca de Humanidades de mi Facultad. A primera vista, su nuevo aspecto resulta muy acogedor. Desde los exteriores, que antes lucían típicas pintas políticas de universidades nacionales, hasta los ambientes que utilizan los trabajadores administrativos y la misma sala de lectura hoy lucen renovados. Está cubierta por una inmensa claraboya que la ilumina aún más y la distingue de las otras bibliotecas que existen en la universidad, quizá también porque por ahí transitaron ilustres personajes agustinos que engrandecieron a nuestra alma mater.

Sin embargo, parece que hay algo que aún no ha cambiado: el servicio. No me refiero a la atención que brindan las personas que trabajan ahí, que por lo que me consta es aceptable, sino a la forma cómo los lectores acceden a los libros. No se puede llegar a ellos directamente. Siempre hay algo que se interpone en el camino. Ahora son vidrios, peor aún antes eran una paredes de concreto. Si bien los cristales por lo menos permiten contemplarlos desde fuera, ello no resulta suficiente para un lector que sueña con pasearse a lo largo de sus estantes para sacar sin impedimento alguno el libro que le interesa,hojearlo y detenerse ahí mismo a leer el tiempo que le plazca.
Así funcionan las bibliotecas que centran su atención en el hombre mismo, es decir, que más allá de la infraestructura, del mobiliario, del soporte tecnológico, etc., incluso de los libros mismos, está la confianza en el ser humano que se siente parte de esa cultura construida a lo largo de los siglos y que acude a ella precisamente a través de los libros.
Quizá suene utópica esa idea en tiempos donde la viveza criolla ha hecho suya la frase: "Tonto es el que presta un libro, más tonto el que lo devuelve". Por qué no más bien cambiarla a algo tan sencillo como: "Solidario es el que comparte un libro, honrado el que lo devuelve". Para ello necesitamos tal vez renovar constantemente nuestro espíritu, tanto como los libros que van quedando obsoletos.

viernes, 22 de mayo de 2009

PICANTE A LA TACNEÑA


Es la hora del almuerzo y aún no he preparado nada ni tengo ganas de hacerlo. Un fin de semana como hoy es buena fecha para comer fuera. Si bien la comida arequipeña me encanta, hoy prefiriría sabores más lejanos, más sureños. Y son precisamente esos momentos cuando más extraño la sazón de mi madre. Cuánto daría por que me preparara ahora un picante a la tacneña aunque sea a mí a quien haga pelar las papas sancochadas o picar el mondongo o los otros ingredientes, no es que yo no sepa prepararlo, aunque a decir verdad nunca lo intenté porque siempre lo vi como un plato exclusivo de sus queridas manos.
Todo esto me trae a la memoria el último viaje que hice a Tacna con mi hermana. Además de las compras y una rápida visita a Arica, creo que lo que más queríamos era servirnos en un buen restaurante un picante, cordero a la parrilla o las dulces humitas. Dicen que algunos chilenos cruzan la frontera solo para degustar nuestra comida, imagino la tacneña en especial. Y parece ser verdad, porque cuando fuimos a El Cacique la mayoría de mesas estaba ocupadas por ellos y eso me alegró mucho. La comida siempre une a todos en torno a una mesa, como yo lo hice cuando estaba por allá degustando el caldillo de congrio del que había escrito Neruda.
La evocación de esos momentos no mitiga en absoluto el hambre que tengo ahora, iré de inmediato a servirme algo, pero seguramente los recuerdos harán que el plato que elija me provoque una mezcla confusa de sabores: comeré lo arequipeño con sabor a tacneño.

jueves, 21 de mayo de 2009

TIEMPO INFANTIL, TIEMPO ADOLESCENTE


Todos llevamos un Macondo dentro, el mío es un antiguo campamento minero donde no nací pero aprendí que la tierra era redonda como una naranja. Con el tiempo fui aceptando su redonda imperfección, pero hubo un tiempo cuando todo era perfecto: un tiempo feliz.
Un breve mensaje electrónico, una fotografía adjunta, el remitente: un compañero del colegio. La sorpresa es simplemente indescriptible. Se vuelca en mi memoria un tiempo infantil, un tiempo adolescente. Han trancurrido más de dos décadas desde mi época escolar. Hoy la vida con un ímpetu juvenil se ha trasladado a otras partes, a otras latitudes, pero mi corazón ha vuelto presuroso a ese mágico espacio donde fui creciendo, donde las cosas eran realmente grandes como huevos prehistóricos.
La imagen borrosa recobra ese tiempo ido. Mi corazón estalla de nostalgia. Un colegio a las faldas de un enorme cerro. Se llamaba Ricardo Palma. Vuelven las voces, la alegría, los rostros de mis compañeros, amigos de eternos de mi infancia. Vuelven los caminos del saber con los guías que han hecho que no nos detengamos en el viaje: nuestros padres y maestros. Vuelven nuestros pasos a las aulas, al recreo, al juego legendario.
Muchos años después nos enteramos que nuestro Macondo ya no es el mismo. No funciona más el colegio. En sus aulas no están más los estudiantes, ahora las ocupan contratistas de la empresa minera que, tal cual compañía bananera, está arrasando de la faz de la tierra ese espacio mítico donde la vida era mucho más que el cobre que guarda en sus entrañas.

martes, 28 de abril de 2009

FLORES CONTRA EL SUSTO


Fui a ver "La teta asustada" hace algunos días, sin duda será una película que nos ayudará no sólo a reflexionar sobre la época del miedo que vivió nuestro país, sino también a poner sobre el tapete los miedos personales que nos enmascaran a los peruanos y que nos impide construir una sociedad con una memoria más justa y feliz.
Muy poética e inteligentemente, Claudia Llosa ha sabido plantear el tema que aún nos duele como peruanos y que Magaly Solier ha interpretado notablemente. Ambientada sobre todo en las zonas marginales de Lima, con personajes que a su manera han logrado sobrevivir a los avatares de la pobreza, la violencia y la injusticia, esta película peruana se constituye como un canto contra el miedo a ser felices.
La protagonista es Fausta, cuya madre al inicio de la película muere cantando una canción en quechua en la que expresa todo su dolor producto de la violación sufrida por los agentes del terror. Ese miedo, según una creencia andina, es transmitido a su hija que lleva en el vientre, lo cual hace de esta un ser sin alma, que se introduce una papa en sus entrañas para protegerse de cualquier daño.
Para obtener dinero y así poder viajar a enterrar a su madre en su pueblo, Fausta tiene que trabajar como empleada en la casa de una mujer de una clase social mejor posicionada, pero también perturbada. Ahí experimenta el abuso y el engaño cuando las perlas no le son entregadas como se lo había prometido la dueña por las canciones que Fausta inventaba para mitigar su pena y que la otra saca provecho para su concierto. Pero ahí también conoce al jardinero con quien se comunica en su lengua materna y quien finalmente la ayuda a recuperar su humanidad.
El entretejido simbólico presente en la película nos lleva a pensar que después de tantos caminos de desencuentros y pesares hay uno que finalmente nos llena de esperanza: el mar, símbolo de la liberación, de la opción por la vida. Ahí Fausta enterrará a su madre, ahí nuevamente su mirada florecerá como un capullo de flor de papa que se abre hacia el sol.