lunes, 2 de enero de 2017

DESAYUNO CON AUDRY HEPBURN

Este año casi todos mis desayunos serán con Audry Hepburn, la famosa actriz de Breakfast at Tiffany´s. Doce fotografías suyas en blanco y negro forman parte de mi calendario, que compré hace algunos meses en la librería Dussmann cuando paseaba a lo largo de Postdamer Platz en Berlín. Inicialmente pensé que podría ser un lindo souvenir de ese viaje, pero luego caí en la cuenta que de alemán solo llevaba los meses escritos en ese idioma, así que decidí quedármelo y estrenarlo el primer día de 2017. Eso hice ayer. Lo colgué en la pared frente a la mesa del comedor. Pasé un buen tiempo con la mirada perdida en el almanaque y con un café caliente entre mis manos. Hace tiempo había leído la novela de Truman Capote y también había visto la película basada en el libro. Ambas actividades las había hecho con mucho placer, pero en ese momento de la mañana no me despertaron mayor interés ni siquiera la bella imagen de Audry; en cambio los números que formaban parte de cada mes sí me atraparon con su enigma. Pensar que cada uno de ellos representan el tiempo: los días, las semanas, los meses, el año completo; y encierran nuestras existencias, lo que pasó y lo que vendrá, pero el presente, ese instante mismo en que nos detenemos a aspirar el olor de una flor, resulta imposible capturarlo en un número, para eso están las palabras. Escribo en el preciso instante en que el universo me expulsa de sus confines. Pero las palabras a veces también se pierden en la nebulosa. La hoja en blanco. Mis ojos vuelven a la imagen de Audry. Su sonrisa se parece a la de la Monalisa. Siento que el universo me da de nuevo la bienvenida.