Regresé casi de noche a Santiago. Me sentía feliz por ese peregrinaje poético. Desde mi ventanilla vi la ciudad iluminada. Recorrimos algunas comunas hasta llegar a Providencia. Cuando pasaba por la plaza Italia, vi que en el Teatro de la Universidad de Chile, el Coro Sinfónico de Francia iba a interpretar “Canto General”. Quinientas voces me devolvieron a Neruda. No hubo para mí mejor Día de los Muertos. Ahora mi amigo está muerto, se llamaba Aristóteles España y también era poeta. Creo que desde esa fecha no he vuelto al sur, pero pienso que siempre habrá motivos para regresar a Chile: en setiembre Nicanor Parra cumple 100 años, es un gran motivo para festejarlo frente al mar.
viernes, 29 de agosto de 2014
DÍA DE LOS MUERTOS
Regresé casi de noche a Santiago. Me sentía feliz por ese peregrinaje poético. Desde mi ventanilla vi la ciudad iluminada. Recorrimos algunas comunas hasta llegar a Providencia. Cuando pasaba por la plaza Italia, vi que en el Teatro de la Universidad de Chile, el Coro Sinfónico de Francia iba a interpretar “Canto General”. Quinientas voces me devolvieron a Neruda. No hubo para mí mejor Día de los Muertos. Ahora mi amigo está muerto, se llamaba Aristóteles España y también era poeta. Creo que desde esa fecha no he vuelto al sur, pero pienso que siempre habrá motivos para regresar a Chile: en setiembre Nicanor Parra cumple 100 años, es un gran motivo para festejarlo frente al mar.
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