No soy aficionada a las telenovelas, claro que vi algunas como las brasileñas Vale todo o La reina de la chatarra; en mis peores tiempos adolescentes miraba La fiera y otras mexicanas que no recuerdo. Total pérdida de tiempo de estas últimas, y admiración por los actores de las primeras. Ayer, casualmente, di en un canal nacional con una koreana, Todo sobre Eva, la había visto hace algunos años y ello me había suscitado interés por otras producciones de ese país (tal vez más por mis deseos de caminar algún día por las calles de Seúl). Supe luego de otras como Escalera al cielo que nunca llegué a ver. Si bien es un melodrama, como todas de ese género, Todo sobre Eva revela algunas cosas interesantes para mí: cómo la Korea tradicional se ve eclipsada por la Korea moderna , y sobre todo, cómo se muestra a la mujer a través de sus personajes. Sin duda hay un cierto maniqueísmo en las dos protagonistas femeninas (de nombres complicados), la ingenua y la dulce, la malvada y la calculadora, ambas bellas e inteligentes, pero ninguna tan real. Quizá todo eso y más sea la mujer que nos brindan las pantallas, la que inventamos a partir de ellas y las que trasladamos a la vida real. Mujeres de arena, de roca y de lava, mujeres de elementos diversos, natural y artificiosa. Mujeres que actúan con múltiples máscaras, y que al final solo queda un rostro indefinido cuando apagamos el televisor.
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