Uno de los cuentos que más me gusta de Yukio Mishima es aquel donde unas mujeres tienen que cruzar siete puentes para que se les cumplan sus deseos. Más allá de esta historia, en la literatura encontramos una serie de relatos con el mismo motivo. Es que el puente tiene una gran significación en nuestras vidas. El acto de cruzarlo no consiste solo en pasar de una orilla del río a otra. No, cruzar un puente es convertirnos nosotros mismos en un puente y llevar a otros al otro lado.
Yo he visto correr el río por largas horas mientras algunas personas atravesaban mi puente, algunas alcanzaban la otra orilla, pero otras caían sobre el agua, también había quienes se detenían en el medio y otras que nunca lo atravesaron. Yo era un puente que sostuvo el paso de muchos caminantes que anhelaban llegar al otro lado. Un día se resquebrajó uno de mis estribos y poco a poco el peso empezó a ceder, entonces mi puente fue a dar al río. De tanto haber visto correr el río, ahora soy un río que busca un puente donde determe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario