Entre las cábalas más frecuentes para recibir el Año Nuevo está el vestirse de amarillo o adornar la casa con flores de ese mismo color. No es que sea supersticiosa pero en los últimos años me han traído mucha suerte, así que decidí esperar el 2011 siguiendo ese mismo rito.
El último día del 2010 caminé por un parque donde vi estas flores que aparecen en la foto. Se veían muy lindas. Obviamente no arranqué ninguna. Me hicieron recordar todas las flores amarillas que alisté en los últimos años para mi mesa. El año anterior fueron unas hermosas rosas amarillas que luego conservé por un buen tiempo en mi sala. Cuando vivía con mis padres, ellos preferían los crisantemos. Pienso ahora en los claveles, los gladiolos, los tulipanes, los lirios, todos ellos amarillos. Será acaso que estas flores no son un rayito de sol en nuestras vidas?, o mejor aún, una esperanza cálida que alegra nuestros corazones.
Hola Rosa.
ResponderEliminarAún así, por qué crees que los escritores arequipeños escriben tan poco? Qué hace falta para escribir más, despiadadamente más? Acaso porque nos leemos tan poco.
Fernando.
quijoteros@hotmail.com