He vuelto a las ollas, los manteles y los platos. Mis manos otra vez acarician las verduras, las carnes y las frutas. He vuelto a leer los recetarios guardados en la alacena. He buscado por doquier los ingredientes. Simplemente, he vuelto a cocinar.
Es una experiencia maravillosa volver a perderse en los sabores dulces y salados. Imaginar el primer bocado en los labios de las personas que se quiere, sentir con ellos la sazón concentrada, compartir la mesa, es dar algo de una misma en cada plato.
También la inspiración vuelve removiendo un guiso o un postre. Damos vueltas a los temas. Un poco de sal, algo de pimienta y mil especias traídas de remotos parajes inventados. Se sazona, se prueba, se escribe. Un sabor con aroma mío que llega a otros labios que me sonríen complacidos.
UHH, QUE BIEN, PARECE RICO. ¿QUE COCINARE MANAÑA? ESA ERA UNA DE LAS TRES PREGUNTAS QUE COLOQUE EN UN VIEJO TRABAJO DE FORMACION LABORAL, UNA NEGRITA DE TRIPLEY PORTAMANTELES, CASI LA HABIA OLVIDADO A MI NEGRA; Y TU QUE COCINARAS MAÑANA...
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