Resulta curioso que justo en el mes cuando celebro el cumpleaños de varias personas a quienes conozco y quiero mucho, incluyendo el de mi sobrino que es el 13 y el mío el 26, solo haya publicado algo sobre la muerte de Saramago. Si bien me conmovió mucho su partida, creo que es bueno abandonar de vez en cuando la caverna en busca de la luz, entonces pienso en los nacimientos de hoy 24 de junio. Se me viene a la mente el de San Juan de la Cruz o de Ernesto Sabato, grandes artistas de la palabra que vieron la luz este día emblemático. Títulos como la Noche oscura del primero o El túnel del segundo podrían recordarme La caverna de Saramago, pero no es así. Pienso que los grandes escritores, los que ha comprendido a cabalidad la esencia de nuestra existencia, siempre optan por la vida, a pesar que hayan tenido una existencia trágica. La muerte aparece así solo como un tránsito hacia una nueva vida.
Esta fecha es curiosa, en el hemisferio norte se festeja la Noche de San Juan, por la llegada del solsticio de verano, allí la gente enciende una hoguera; en cambio, en el hemisferio sur también se festeja esa fecha, pero por la llegada del solsiticio de invierno. En el Perú es emblemático el Inti Raymi, la fiesta del Sol, en Argentina, Chile, Colombia, Puerto Rico, Brasil, etc., también se festeja ese día pero por San Juan. Junio entonces es un mes con muchos motivos para celebrar en todo el mundo.
Hace unos días vi con mis alumnos la película "Melinda y Melinda"de Woody Allen, ahí uno de los personajes que discutía sobre la esencia trágica o cómica de la existencia, al final dice: "Bebamos por los buenos tiempos, cómicos o trágicos. Lo importante es disfrutar de la vida mientras puedas. Solo vivimos una vez y cuando se acaba, se acabó". Como no pude viajar al Cusco para su fiesta, esta Noche de San Juan haré una fogata y seguro que el 26 veré el sol más resplandeciente.
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