Con una mochila en mano y la foto de su esposa muerta con la que habla todos los días, el periodista Pereira se aleja de su Lisboa querida luego de publicar en primera plana sobre la violenta muerte de Monteiro Rossi, un joven italiano a quien había contratado para escribir necrológicas en la página cultural de un periódico, en manos de la esbirros de la dictadura portuguesa de entonces.
El régimen asfixiante del fascismo de la Europa previa a la Segunda Guerra Mundial es el contexto de esta magnífica película basada en la novela homónima de Antonio Tabucchi. La vi hace un par de días y me dejó pensando como siempre lo hace toda buena película, más aún si esta cuestiona magistralmente ciertas neutralidades y objetivismos que a veces parecieran regir los parámetros de la literatura, el periodismo y la historia misma.
Sostiene Pereira junto a Historia oficial serán dos películas que compartiré con mis alumnos en el próximo semestre para reflexionar sobre las relaciones entre literatura e historia, y quizá entre ambas los pasajes textuales de Benjamin nos sirvan como puente.Un puente que nos conduce a otros puentes cuyos mayores soportes quizá precisamente sean la literatura y la historia, y en medio de estas lo más valioso: la vida.
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