Esta Nochebuena prendí una vela en el centro de mi mesa. Al lado mi hija disfrutaba de su mejor sueño, entonces las bombardas y cuetecillos la despertaron. Por mi ventana estallaron mil luces de colores. Subí a la azotea y vi que la ciudad entera resplandecía en el cielo. Era Navidad, era el nacimiento de la esperanza. Una gran felicidad embargó mi corazón. Abracé a mi hija que aun dormitaba. Le entregué sus regalos y me comí gustosa unas galletas de jengibre. No habría cena, más bien mañana el almuerzo prometía cerezas, ensaladas y todas esas cosas que unen a la familia en torno a una mesa.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Mi mesa de Navidad
Esta Nochebuena prendí una vela en el centro de mi mesa. Al lado mi hija disfrutaba de su mejor sueño, entonces las bombardas y cuetecillos la despertaron. Por mi ventana estallaron mil luces de colores. Subí a la azotea y vi que la ciudad entera resplandecía en el cielo. Era Navidad, era el nacimiento de la esperanza. Una gran felicidad embargó mi corazón. Abracé a mi hija que aun dormitaba. Le entregué sus regalos y me comí gustosa unas galletas de jengibre. No habría cena, más bien mañana el almuerzo prometía cerezas, ensaladas y todas esas cosas que unen a la familia en torno a una mesa.
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