miércoles, 5 de mayo de 2010

CIENCIAS MORALES

Hace unos días estuve en Lima acompañando a mi hija al concierto de los metaleros Megadeth. En medio de tantos pelos largos, polos negros y "poggos", me consolaba la idea que por fin durante el viaje de regreso saborearía tranquila las páginas de la novela que estaba buscando hacía un buen tiempo: Ciencias morales del argentino Martín Kohan. Y fue así, aunque solo llegué a leer un par de páginas, porque el cansancio de los días previos hicieron que mis ojos se cerraran junto con las luces del bus a medida que nos ganaba la noche.
Anteriormente había leído otro libro suyo Zona urbana. Ensayo de lectura sobre Walter Benjamin, creo un libro imprescindible para quien se inicia con el autor del Libro de los pasajes.
La novela de Kohan, ganadora del Premio Herralde del 2007, comienza planteando algo fundamental sobre el Colegio Nacional de Buenos Aires, reservado solo para varones: la ausencia de las mujeres. El autor en sus primeras líneas escribe: "Es simple: faltaba ni más ni menos que la mitad de este mundo que lo integra. Esa mitad hecha de jumpers, de vinchas, esa mitad que requirió la instalación de baños aparte en el colegio y vestuarios aparte en el campo de deportes, antes, mucho antes, en los tiempos de Miguel Cané, en los tiempos del profesor Amadeo Jacques, sencillamente no existía. El colegio era todo una misma cosa, era todo de varones". Estas palabras me han estado dando vueltas en la cabeza: la mitad de este mundo que lo integra, es cierto, somos las mujeres. Pienso en un mundo sin mujeres. Un mundo aparte. Qué difícil y cruel es imaginarlo. El mundo es para dos elevado al infinito. Las mujeres y los hombres somos como las "Manos dibujando" de  Maurits Escher, nos imaginamos, nos dibujamos, nos creamos.
Recién comienzo con la novela de Kohan, me atrapa, sin duda el autor comprendió perfectamente que un Colegio o un mundo sin mujeres sencillamente no es mundo.

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